Si pudiéramos ser algodones de azúcar. Muy parecidos a las ilusiones. Dulces, comestibles, desmoronables y con la cualidad de transformar el aliento y la intención de quienes se hayan amargado.
De todos colores ya somos... y blandos, Solo nos haría falta, la disposición de entregarnos como un bocado dulce para los demás. Restaurar heridas con la palabra, resarcir daños con la caricia, desviar afrentas al mirarnos y regenerar mientras nos paladean.
No importaría desaparecer, mordida a mordida, si en ese esfumarnos en la boca de los demás, se conviniera que todo vuelva al sitio adecuado.
Sería un empeño con sentido. Ambrosía transformadora.
Quién va y pregunta, si apetecen un poco de algodón de azúcar. Para no terminar como El Ruiseñor de Wilde. Quién va y los convence que lo dulce es más sabroso, mejor, qué todavía queda amor para todos y volver a vivir.
Buena metáfora la de ese amor "desmoronable".
ResponderBorrarA pesar de todo... sigo siendo muy utópica :)
ResponderBorrarUn abrazo.